En un acto abarrotado de familiares y de amigos de la familia de Perez Pizarro, entre los que me incluyo, el comisario de la muestra, Eduardo Lastres, argumentó la importancia de sacar a la luz la obra pictórica del artista, fallecido a los 52 años, a la que "le ha faltado visibilidad, ha sido un pintor olvidado y fuera del alcance de la ciudadanía, algo que es una constante de nuestra cultura". "Buscó su libertad a través de una obra intemporal con la voluntad de abstraerse de la realidad cruda de la posguerra".
A lo largo de la conversación que tuve con su hija, me dijo que su padre fue autodidacta, pero un "hombre muy intelectual, hablaba los idiomas francés e inglés, y recibía revistas de arte desde Francia, lo que le permitía estar al corriente de las vanguardias del momento". "Escuchaba música clásica, y a continuación se ponía a pintar, lo que le salía del alma". Era un pintor "humilde, que se adelantó 30 años, a su tiempo".
La Lonja de Alicante, acoge hasta el 22 de mayo, la mayor exposición del artista alicantino Pérez Pizarro, desconocido para muchos alicantinos pero recordado como uno de los precursores del arte abstracto en Alicante.
Cristina Francés.
Pintora.
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